Artículo publicado en el Tradebike 89.
El parón de la pandemia supuso un gran revés para el triatlón y, en especial, para las inscripciones en esta modalidad. En cuanto a las licencias federativas, la pandemia no supuso ningún descenso, es de los pocos deportes en los que la cifra no se vio afectada (como en la mayoría de los deportes individuales al aire libre). Incluso aumentó ligeramente. Sin embargo, sí que hemos visto un claro descenso del año 2022 (34.285 licencias) al 2023 (31.508). Una bajada bastante grande, sobre todo en licencias masculinas. En el caso de las licencias femeninas, bajó menos proporcionalmente. Pero, recordemos, esta bajada no significa que haya menos gente practicando el deporte, tan solo es la cifra de federados/as. De hecho, la participación en eventos triatletas parece mostrar una realidad diferente.
Aunque nuestro análisis se basa en los triatlones, tampoco hay que dejar a un lado la situación de los duatlones, que en los grandes eventos muestra vitalidad. Por ejemplo, el Campeonato de España de Duatlón Avilés 2024, celebrado los pasados días 6 y 7 de abril, generó 1,7 millones de euros en retornos a la ciudad, tanto en impacto económico directo por los casi mil atletas participantes y acompañantes en el evento, como en valoración publicitaria equivalente en la repercusión a través de medios.
En cuanto a grandes eventos de triatlón, los que siguen funcionando muy bien son los de la marca IRONMAN. Por ejemplo, el de Vitoria-Gasteiz agotó rápidamente todos los dorsales, con cerca de 2.000 triatletas inscritos. Aun mayor fue la cifra de la primera edición del IRONMAN 70.3 Valencia, que en abril culminó con éxito y augura así un gran futuro para esta prueba de triatlón. Cerca de 3000 triatletas participaron en Valencia.
A la larga veremos si el cambio del Campeonato del Mundo, que pasó de Kona (Hawái) a Niza (Francia) pasa factura o acaba siendo un revulsivo. En principio, tal y como vemos con las cifras, no parece haber afectado especialmente. Al fin y al cabo, cambios de este calibre dinamizan la situación y evitan que el formato parezca estancado. Eso sí, se pierde el estatus de la gran final con un objetivo ‘mítico’ como es Kona.
Para las generaciones venideras, al menos, podemos estar bastante tranquilos porque tienen los mejores referentes posibles. La selección española de Triatlón, que competirá en París el 30 y 31 de julio en las pruebas individuales, y el 5 de agosto en la competición de Relevo Mixto ha conseguido el lleno de clasificados masculinos y casi de femeninas. Será la siguiente: Anna Godoy y Miriam Casillas (Selección Élite Femenina), Antonio Serrat, Roberto Sánchez y Alberto González (Selección Élite Masculina) y los suplentes Noelia Juan y Sergio Baxter. De esta forma, la Federación Española de Triatlón presenta sus nombres para la cita olímpica de París, siendo uno de los 3 únicos países (de más de 170) en contar con las máximas opciones en la prueba masculina. No se puede negar que el triatlón español olímpico tiene buena salud.
Siempre que hablamos de material de triatlón, nos damos cuenta de que la evolución es muy pequeña y que bebe de lo que añade cada uno de los tres deportes que lo conforman. Las novedades específicas nos llegan muy poco a poco.
La pieza que une los tres deportes es el tritraje, que ha ido cambiando con el tiempo. Es un complemento que tiene que adaptarse a tres situaciones (y posturas diferentes), y por ello, debe priorizar la comodidad y el rendimiento por encima de todas las demás características. Si hemos podido observar algún cambio importante no ha sido en la composición de los tritrajes, sino en la posibilidad que cada vez ofrecen más marcas: la personalización. Son muchos los clubes triatletas que eligen alguna empresa textil para que les cree un tritraje personalizado para cada uno de sus atletas. El custom es una opción cada vez más asequible.
En cuanto a los complementos para sección ciclista, es evidente que lo que se prioriza es la aerodinámica. Viendo algunos cascos utilizados por profesionales, que parecen sacados de algún soldado imperial de Star Wars, la estética no importa lo más mínimo. El objetivo es rascar segundos de donde sea. En las zapatillas no se mira solo el peso, por ejemplo, también destacan algunas con cintas de velcro para atarse rápidamente o con algunos orificios de ventilación en la punta. Recientemente, el ciclista belga Remco Evenepoel se quejaba – tras caer en grupo - de que los ciclistas, cada vez más, arriesgan de forma innecesaria. Aseguraba que muchos prefieren no tener agarre, arriesgar en las curvas, pero bajar más rápido. A veces da un poco la sensación de que, en triatlón, el material que llevan los atletas está hecho sin pensar en la seguridad de nadie. Pero los expertos saben que no es cierto.
En componentes ciclistas, donde siempre vemos más mejoras y novedades es en las ruedas. Ya sean las exclusivas ruedas lenticulares que ofrecen algunas marcas, o algunas ruedas road ultra-eficientes que nos llegan poco a poco para llenar la reducida oferta de componentes específicos para triatlón. Los túneles de viento y la aportación de los profesionales del triatlón juegan un papel crucial en el metódico desarrollo de estos productos. Como producto novedoso, no podemos dejar de lado propuestas como las cubiertas sólidas (la marca Tannus es un buen ejemplo), que imposibilitan los pinchazos y pueden durar hasta 6.000Km.
La marca Zoggs, conocida sobre todo por sus gafas, presentó en abril sus nuevos neoprenos. Para su creación seleccionó materiales basados en el grosor, la elasticidad y el tipo de superficie en función de la finalidad del traje de neopreno. En particular, el uso de neopreno Yamamoto, empresa que lleva des de finales de los sesenta fabricando este material. Algo que destacamos de estos nuevos neoprenos es que la nueva línea incorpora un sistema de personalización de la longitud de mangas y piernas que permite recortar estas partes del traje según las preferencias de cada nadador y de cada cuerpo, algo que va de perlas para aquellos que no tengan una ‘forma estándar’: extremidades más largas o espaldas muy anchas, por ejemplo, suelen impedir que un traje se adapte correctamente. Y en el caso de un neopreno, es básico que se adapte del todo al cuerpo con tal de que no entre agua y se hidrodinámico por completo. Elegir bien un tritraje o un neopreno en función del tipo de natación que tenemos por delante es imprescindible. Primero de todo, hay que entrenar y conocerse a uno mismo. Las marcas y su oferta de productos harán el resto.
Si hay algo que define al triatlón es la capacidad de supervivencia: no hay modalidad más exigente en cuanto a resistencia. Lo han demostrado sus atletas y lo ha hecho la disciplina dentro del mercado. ¡Larga vida!
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