En Tradebike, después de semanas sumergidos en el universo de los accesorios y componentes, hemos podido comprobar de nuevo la importancia que tienen para el ciclismo, así como la cantidad de tecnologías y ciencia que se esconde detrás. Las mejoras no son sólo para vender más, ni porque ‘ya no saben qué inventar’, sino que hay demanda por parte de los usuarios y capacidad de crear necesidades.
Cada pieza y cada complemento, nos unen con la bicicleta. Pero hay algo que muchas veces queda fuera de nuestras preocupaciones cuando hablamos de mejorar nuestro rendimiento: nuestra salud. Cuidarse no es solo cuestión de llevar una nutrición adecuada. Es, sobre todo, escuchar al cuerpo, darle la importancia que merece y atenderlo más allá del rendimiento.
Mientras pensamos en carbohidratos a consumir, gramos a rebajar en la bici o vamos al fisio para descargar las piernas… solemos olvidarnos de un tabú como es la salud masculina. Estamos tan centrados en cuidar nuestra salud física y mental general que, a veces, ya damos por solucionados ciertos elementos que también requieren un mantenimiento. Una buena badana reduce la fricción, hidrata la piel y evita las grietas. Un sillín de calidad y bien colocado, nos evitará dolores (y mejorará nuestro rendimiento). Usar cremas antes y después nos puede evitar un abandono cuando hacemos salidas largas o por etapas. Todos los componentes y complementos que rodean nuestras zonas más sensibles son, sin duda, un punto esencial que tenemos que asegurarnos de llevar bien controlado.
Pasó el noviembre y, con él, el movimiento Movember (que junta las palabras ‘moustache’ y November). Desde 2003, Movember nos invita a dejar crecer el bigote con un propósito: dar visibilidad a enfermedades como el cáncer de próstata, el cáncer testicular y los problemas de salud mental. En un entorno como el ciclismo, donde la resistencia y la fortaleza son esenciales, recordar estos temas con persistencia puede marcar una diferencia.
El bigote de Movember puede parecer una moda más de entre las muchas que las redes sociales hacen virales, pero no tiene ningún otro afán que romper con los silencios y los tabúes y poner sobre la mesa temas que, por incómodos que sean, merecen toda nuestra atención.
Tener pasión por la bicicleta suele implicar que montaremos en ella durante horas. Por lo tanto, conlleva algunos desafíos específicos que no debemos ignorar. El contacto prolongado con un sillín no adecuado, por ejemplo, puede generar molestias en la zona perineal y podrían afectar la salud prostática. Aunque no hay evidencia directa de que montar en bicicleta cause cáncer de próstata, ignorar estos detalles puede agravar problemas existentes o acelerar una predisposición genética.
Por otro lado, el ciclismo también pone a prueba nuestra salud mental. Largas horas de entrenamiento en solitario, presión competitiva o simplemente la búsqueda constante de superarnos pueden generar tensiones emocionales. Movember nos recuerda que la salud mental importa tanto como la física y que hablar es siempre el primer paso para sanar. Vigilad con las redes sociales y la necesidad que generan de ir publicando de forma constante vuestras actividades físicas. No pasará nada si vuestros registros parecen terrenales.
Por último, realizar un chequeo médico regular o un buen estudio biomecánico son clave para mejorar, pero lo que más ayuda es hablar de estos temas difíciles con otras personas e inspirar a los demás a tener en cuenta su propio cuerpo. Además, tenemos disponibles en el mercado componentes y accesorios que, en su proceso de diseño, han tenido en cuenta nuestra salud.
No se trata de llevar bigote una vez al mes y postearlo en las redes. Es cuestión de que, después de leer este artículo, te plantees cuando ha sido la última vez que has ido a hacerte un chequeo médico completo.
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